A 20 años del secuestro que cambió a Paraguay

El secuestro de María Edith Bordón de Debernardi introdujo el concepto del secuestro en la sociedad paraguaya, tras ser raptada un 16 de noviembre en el predio del Parque Ñu Guazú y posteriormente liberada luego de 64 días en cautiverio.
Según datos publicados por medios de comunicación en esas fechas, María Edith salía a caminar durante todas las mañanas en compañía de su amiga Elizabeth Gunther de Niedhammer. Alrededor de las 9:15, luego de haber culminado con su rutina caminaron hasta el estacionamiento en donde tres desconocidos bien armados la subieron violentamente a su camioneta mientras que uno de ellos empujó a su amiga para emprender la huida.
Alrededor de la 11:00 hs, se logró ubicar la camioneta de la marca Jeep de la secuestrada, en inmediaciones del Club Internacional de Tenis (CIT) por trabajo de la Policía. Sin embargo no se logró hallar el paradero de “Nika” como la apodaban, ni mucho menos de sus secuestradores.

Relatos del terror
En una de las entrevistas brindadas a los medios de comunicación posterior a su liberación, Maria Edith detalló que en el momento en el que la subieron a su propio vehículo. “Me sacaron el zapato, me metieron en una bolsa, me esposaron por atrás y me quitaron los zapatos”.
Señaló que Anunció Martí era el “hombre malo” quien la sometía a golpes con la culata de una pistola. “Pusieron música dentro de los vehículos para que no se escuchen mis gritos”, recordó.
“me dejaron en un pozo”
Según lo expresado por quien fuese secuestrada por el EPP, afirmó que siempre la hacían tener miedo, todo lo que pedía tenía que solicitarlo por escrito, prácticamente en un lúgubre pozo donde estaría por unos 17 días dentro.
“Yo hacía mis necesidades en un baldecito. Por horas me llevaban arriba, pero cuando llegaba gente a la casa, me metían al pozo”, señaló.
“Nika” estuvo aislada en un pozo húmedo que posteriormente fue descubierto en el año 2005 en una casa particular en el barrio Pinozá de Asunción.

Fin del secuestro
Los secuestradores habían entregado a la familia una prueba de vida que contenía una foto y una nota escrita por la propia María Edith.
El primer pago del rescate fue de unos USD 400.000 en la fecha del 14 de enero de 2002, mientras que el segundo un 18 de enero de ese mismo año. El Ministerio Público fotocopió previamente los billetes que fueron entregados a los secuestradores, habían solicitado USD 1 millón.
Un 19 de enero de 2002, Antonio Debernardi recibió una llamada anónima donde le avisaban que su esposa sería liberada en las próximas horas.
Por orden de sus captores, obligaron a la secuestrada a vestir ropa masculina, taparon sus oídos con algodones, mientras que los ojos con curitas y lentes oscuros.
“Sentí que la calle era accidentada, parecía ser de tierra y luego me dieron muchas vueltas, por aproximadamente una hora y media”, rememoró.
Los secuestradores dejaron a María Edith sobre las calles Coronel Cabrera y Santa Teresa de la ciudad de Asunción, que posteriormente se reencontró nuevamente con su familia luego de 64 días en cautiverio.
